El impacto de internet en las familias
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Pasar tiempo en familia de calidad es esencial para personas de todas las edades. El importante papel que juega en el desarrollo holístico, estableciendo vínculos más profundos entre los miembros y disminuyendo las brechas generacionales también está respaldado por varios estudios. Hoy en día es muy evidente la falta de una relación adecuada entre padres e hijos. ¿Quién tiene la culpa de esto? ¿La tecnología? ¿Los dispositivos? ¿Los hijos? ¿O los propios padres? Tal vez nada ni nadie. Los dispositivos y la tecnología nunca pueden esclavizar a los humanos. Siempre es nuestra forma de percibir y reaccionar ante la situación.
Independientemente de la importancia de la tecnología, los dispositivos y las redes sociales en todas las esferas de nuestras vidas, no podemos pasar por alto las barreras creadas entre padres e hijos por sí mismas. Pero con un poco de vigilancia, afecto y la voluntad de superar esta barrera, los padres pueden estabilizar fácilmente sus vínculos con sus hijos y compartir una relación sana.
Aunque los padres y los niños se quedan en casa más tiempo que en generaciones anteriores, no pasan tiempo juntos; las redes sociales y los dispositivos han aislado a todos. Aparte de eso, no debería haber un límite en el tiempo que los padres pasan con sus hijos: deben centrarse en si el tiempo dedicado fue positivo y beneficioso o no.
La participación es la parte más importante del tiempo en familia; los hijos deben participar en las rutinas domésticas y los padres deben hacerlos sentir valorados. Debemos domesticar la tecnología antes de que nos dome a nosotros.
Tanto los hijos como los padres están tan ocupados en su tiempo frente a la pantalla que no logran interactuar entre sí. Por lo general, se culpa a los dispositivos y la tecnología de crear este límite, pero también es una bendición para nosotros, ya que nos ayuda a conectarnos con miembros de la familia que están geográficamente distantes; depende de los padres cómo regular el tiempo de pantalla de su familia.
Los teléfonos móviles y las redes sociales fortalecen los lazos con las personas que están separadas debido al autoaislamiento, pero que los miembros de la familia se queden en la misma casa e interactúen a través de dispositivos en lugar de comunicarse físicamente es una locura. Se puede concluir que la tecnología nunca podrá reemplazar lo que la interacción humana nos hace sentir; todo este exceso virtual nunca estará a la par con la sensación de un verdadero tiempo en familia.